1. Controlar las conexiones inalámbricas
Desactiva las que no uses:
- Bluetooth, WiFi, NFC o 5G consumen batería aunque no los estés utilizando activamente.
- Actívalas solo cuando las necesites.
- Usa el brillo en modo automático o bájalo manualmente hasta el nivel más bajo en el que te sientas cómodo.
- Si tu móvil tiene pantalla OLED, el modo oscuro también ayuda a reducir consumo.
- Mantén el volumen de llamadas, notificaciones o música en un nivel razonable.
- Evita usar el altavoz externo durante mucho tiempo, gasta más energía que los auriculares.
- Desactiva la vibración en notificaciones si no la necesitas.
- El modo silencio sin vibración es la opción más eficiente.
- Limita procesos en segundo plano.
- Reduce el rendimiento del procesador.
- Prolonga varias horas la autonomía cuando más lo necesitas.
2. Ajustar el brillo de la pantalla
La pantalla es el componente que más energía consume.
3. Optimizar el sonido
4. Reducir la vibración
El motor de vibración consume bastante más que un simple tono de llamada.
5. Revisar la iluminación y el teclado
En móviles antiguos, desactivar la retroiluminación del teclado físico era una buena práctica. Hoy, con pantallas táctiles, aplica lo mismo a la retroiluminación automática y a funciones innecesarias como animaciones o fondos en movimiento.
6. Usar el modo ahorro de energía
Todos los smartphones modernos incluyen un modo ahorro de batería.
7. Actualizar el software
Las versiones recientes de Android e iOS suelen optimizar el consumo energético. Mantener el sistema actualizado ayuda a mejorar la gestión de la batería.
Conclusión
La clave para que el móvil dure más tiempo encendido es reducir lo que no se usa y optimizar lo esencial: conexiones, pantalla, sonido y notificaciones. Si combinas estos trucos con hábitos de carga adecuados, alargarás tanto la autonomía diaria como la vida útil de la batería.